Muchos han sido los pedagogos
musicales que han enfatizado el valor de la música impartida desde los primeros
momentos de vida como sustento sensorial para el posterior aprendizaje
pues, según afirma la teoría piagetiana, las experiencias previas son la
base para los nuevos conocimientos.
La estimulación temprana surgió
para atender adecuadamente a aquellos niños que padecían alguna deficiencia o
que a causa del parto requerían unos cuidados preferentes. Los importantes
logros alcanzados con ellos llevaron a su extensión con niños sanos, pues las
investigaciones demostraron que la evolución cerebral es enorme en los primeros
años de vida.
Al afrontar este tipo
de estimulación se debe partir del nivel y ritmo madurativo de cada individuo,
de sus características, necesidades e intereses, para lograr la motivación de
los alumnos.
Trabajar la música
con niños de entre 0 a 6 años aproximadamente requiere diferentes metodologías
con distintos grados de implicación de los progenitores, que van en relación al
nivel de autonomía de los pequeños.
Algunas actividades musicales para
estimular al recién nacido planteadas desde los beneficios que conllevan son:
· Para proporcionar seguridad: lo
ideal es que el bebé haya escuchado música desde el vientre para que, al nacer,
cuando vuelva a oír la misma melodía, le aporte sensación de seguridad.
· Para favorecer el desarrollo integral del
bebé: cantar el padre una canción sencilla y moverse a ese ritmo al tiempo que
lleva a su hijo en brazos, se ha comprobado que ayuda al niño a moderar el
ritmo cardíaco, la presión sanguínea y la temperatura del cuerpo, así
como a adquirir un sentido de identidad y una belleza estética.· Para favorecer la integración en el mundo que el rodea: se pueden utilizar canciones propias de la cultura o inventadas por los padres, haciendo referencia a las experiencias vividas por el pequeño, que el ayudarán a comprender su entorno.
· Para mejorar la conciencia auditiva y emocional: resulta muy eficaz que los progenitores sostengan en brazos a su pequeño mientras se mueven al ritmo de un tambor, permitiéndoles así mismo regular los ritmos naturales de su cuerpo y las hormonas relacionadas con el estrés.
· Para desarrollar la aptitud musical: es importante que los pequeños no sólo escuchen fragmentos, sino piezas completas para que tomen conciencia de la estructura de la música.
· Para potenciar el vínculo del bebé con los progenitores: resulta interesante escuchar escogidas composiciones clásicas y acompañarlas de sencillas coreografías de danzas barrocas, en las que los padres se mueven con sus hijos en brazos.
· Para aumentar las defensas de su organismo: es muy importante la implicación de los padres en estas actividades musicales, ya que está comprobado que las audiciones y ese contacto aumentan la actividad inmunitaria.
· Para desarrollar el sentido rítmico: cuando son muy pequeños es interesante que los padres los familiaricen con los sonidos de instrumentos como las maracas, el tambor, las claves, la flauta, la guitarra. Y cuando ya son más mayores lo mejor es permitirles manejar y explorar por ellos mismos los instrumentos.
Para finalizar, decir que, además
de tener en cuenta las características psicoevolutivas del alumno, el educador
debe tener presente el modo personal en que este asimila los aprendizajes, para
lograr el desarrollo integral de su personalidad mediante un ambiente rico en
estímulos que le sensibilice para la música.
Delalande (1995) afirma que
educar musicalmente a los niños no es sacarlos de un estado de nada musical, en
el que se supondrían que están, para llevarlos a un cierto nivel de
competencia, sino, por el contrario, es desarrollar una actividad lúdica que
existe entre ellos y que es finalmente la fuente misma del juego, la ejecución
musical.
BIBLIOGRAFÍA:
DELALANDE, F.(1995) La
música es un juego de niños. Ricordi. Buenos Aires.
FREGA, A.L. (1997) Metodología
Comparada de la Educación Musical. CIEM (Centro de Investigación Educativa
Musical). Buenos Aires
SCHAFER, M. (1994) Hacia
una educación sonora. Pedagogías musicales abiertas. Buenos Aires.